¿Te gustaría tener plantas de interior pero no sabes cómo cuidarlas? ¿Ya las tienes pero no consigues que estén todo lo bonitas que quieres?
Se trata de elementos decorativos que pueden darle un plus de vida a tu hogar, pero no siempre es sencillo mantenerlas en buen estado si no sabes cómo. Por ello, te damos algunas claves básicas para que aprendas a sacarles todo su potencial.
Te exponemos, a continuación, tres grandes consejos:
Si tenías tu planta en una zona sombría de la casa, no debes exponerla de manera directa al sol, puesto que corres el peligro de que sus hojas se quemen. Lo mismo sucede en el caso contrario: si la planta estaba acostumbrada a recibir una fuente generosa de sol, no debes cambiarla de la noche a la mañana a un sitio muy sombrío. Los cambios que realices en su entorno deben ser progresivos para que esta pueda adaptarse a ellos.
La tierra nunca debe estar visiblemente seca, pero tampoco empapada. Lo mejor es que esté húmeda. Además, las necesidades de riego cambiarán según las estaciones: en verano necesitará un riego directo, con chorro de agua, puesto que el calor es más acuciante. Sin embargo, en invierno suele ser suficiente con vaporizarla para humedecer la tierra.
Recuerda pasarles un paño suavemente por las hojas para limpiarlas, de forma que no enfermen. ¡Nunca uses un plumero, podrías romperlas! También debes retirar los brotes que hayan marchitado para que la planta no malgaste energía, así como recortar su crecimiento excesivo para que las hojas no se enreden entre ellas.
Las plantas de interior conseguirán darle un toque más acogedor a tu hogar, pero para ello es importante cuidarlas.
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